lunes, 14 de octubre de 2013

La gira asiática de nuevo

Los seguidores de Nadal ya estamos acostumbrados a que el otoño nos traiga un impass tenístico tras la orgía veraniega (otros años fue Wimbledon, este fue todo el continente americano de un bocado), releo en wikipedia para confirmar que en este periodo apenas si ha conseguido nada. Ganó en Tokyo, en 2010, ganó Pekín en 2005, hizo final en Shanghai en 2009 y poco más. 

Por no hablar de la copa Masters donde llegó a la final en 2010 que perdió con Federer. Este año tampoco parece ser una excepción, su momento es otro, su superficie menos predilecta es el indoor. Aún así ha hecho final en Pekín y semis de Shanghai, lo suficiente para tener opciones serias de conseguir el número 1 al final de año, depende de él. Le queda París donde fue finalista en 2007 y semifinalista un par de años más tarde, salvo unos cuartos de final, no ha hecho nada más allí. Eso, la copa de maestros y el torneo de Basilea, un 500. Con la calculadora las cuentas salen, le basta con seguir a este ritmo, que es un ritmo menor, pero practicamente superior al de todos los demás salvo Djokovic que recuerda a aquel titán de hace un par de años, un monstruo herido tras serle arrebatado su juguete del número 1, y Delpo que juguetea con ser aquel que consiguió USOopen antes de las lesiones. A mí esta gira europea que queda me parece un poco aburrida, es un poco como los despojos de la temporada, pero sería interesante ganar el master o conseguir ganar en París, uno de los dos master 1000 que le faltan y batir así el record de 6 master mil en una temporada. No sé que narices pinta en Basilea, a pesar de que nunca ganó allí y tiene algún punto que arañar, si yo fuera él, iría de entrenamiento a París y si la cosa se pusiese de cara trataría de ganarlo y luego que fuera lo que fuese en el master, si cayera pronto, me centraría en el master para tratar de sellar con broche de oro y asegurar el número 1. No sé más que su equipo técnico, pero no creo que debiera forzar demasiado su físico, porque visto lo visto con sus lesiones la superficie dura no le viene demasiado bien, en cualquier caso y aunque estoy un poco pesimista sigo disfrutando como un niño con el tenis en general y con Nadal en particular, de esas grandes batallas psicológicas que obscenamente se esconden tras un rectángulo, dos raquetas y una pelotita de tenis. La técnica es mucho, pero la mente es más, y eso es lo que más me enamora de ese deporte, y eso es lo que me hace seguir con interés lo que hace este chico de 27 años. Dentro de tres semanas, sacaré conclusiones y veré si, ojalá, todo esto que digo aquí, no tiene nada que ver con la realidad. 

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