jueves, 27 de septiembre de 2012

La policía, las protestas y nuestro gobierno

La policía son aquellos que están esperando que les digan cual es la verdad. No se me ocurre mejor definición que la de Bertrand Russell para entender buena parte de las actitudes que todos hemos podido ver en los videos sobre la represión de la protesta del 25 S. Están para proteger a los gobernantes de los ciudadanos no a los ciudadanos de sus gobiernos, por serio que sea el motivo de preocupación que esto genera y más en estos tiempos.

En concreto, los antidisturbios, o el eufemismo que se utilice ahora para referirse al colectivo violento que ejerce de tal para que no haya una violencia peor. ¿Era esa la definición de Estado? No soy anarquista, no tengo suficiente fé en el ser humano, no creo en utopías extremas y sin embargo creo que es posible una forma de gobierno mucho mejor que la actual, para empezar porque el capitalismo salvaje en el que vivimos ha hecho de los gobiernos nacionales una mera comparsa sin más objetivo que el de emborracharse de poder a ellos mismos y sus adlateres, algo normal cuando se votan siglas y no personas, cuando el poder mediático, judicial y legislativo no sólo van de la mano sino que muestran orgullosos, en exhibición de poder, su unión total. Nuestros gobiernos no sirven para casi nada, es la verdad, ni el psoe provocó la crisis ni la pudo remediar ni tampoco el pp lo hará, porque sencillamente, no está en sus manos, por mucho que todavía engañen a cientos de miles de desesperados votantes, o nostálgicos ideólogos de no se sabe muy bien qué. Pero es lógico que no quieran soltar el poder que tienen, nadie quiere hacerlo y está claro que se valdrán de la violencia y de las reformas que les convengan para ello. ¿Vivimos en una dictadura? No vivimos en una dictadura, al menos no como concebíamos las dictaduras del siglo XX, se puede votar y sobre todo, más importante que eso, (puesto que mi voto vale mucho menos que el de gente que viva en ciudades más pequeñas) puedo escribir estas líneas sin censura. Lo que está claro es que todos los avances sociales por una mayor igualdad de oportunidades (aunque fueran dentro del propio sistema) se están difuminando, queda muy poco para que se deje de ganar dinero cuando uno se enferme y no pueda ir a trabajar que es aquello tan antiguo de la revolución industrial, la revolución económica actual, que es la única que guía nuestra vida no está devolviendo a ese mundo veinte veces más rápido de lo que salimos de él. 
Y cuando eso ocurra, acaso hablar de democracia ya no tenga mucha importancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario