lunes, 11 de junio de 2012

La tercera semana de París o El hombre que susurraba a la arcilla

Tenía pensado escribir un post que se llamase la segunda semana de París, en él quizá hablase de que Rafa Nadal había hecho su mejor Roland Garros y había aplastado a todos sus rivales sin clemencia, amigos suyos como Monaco, Almagro, Ferrer (adiviné el semifinalista), pensé que se podía dar la gran sorpresa cuando tras un partido muy largo a cinco sets, Djokovic tuvo cuatro match point en contra contra Tsonga. Pero al final llegaron los mejores de la superficie a semifinales. Pude ver las dos y comprobé a un Nadal infinito frente al alicantino, agresivo, casi hostil, ávido del séptimo Roland Garros que hiciera oficial lo que ya todos sabemos: Es el mejor tenista de la historia sobre tierra batida. En la otra semifinal encontré un Federer muy bajo de forma, sólo salvado por su calidad inconmensurable, capaz de dar los mejores golpes pero también cometer los errores más garrafales. Así llegamos a la final donde Nadal demostró ser capaz de ganar a Djokovic sin problemas hasta el primer parón, luego llegó la lluvia, el bote de la bola cambió, el balear se llenó de nervios, y la remontada serbia parecía posible. Novak Djokovic va a entrar a formar parte de los mejores tenistas de la historia, tiene practicamente de todo, defensa, ataque, resta muy bien, tiene un saque cada vez mejor, está a tope de forma física, tiene una derecha y un revés brutales (sólo flaquea un poco con la volea), ha ganado 5 grand slam y creo que con lo joven que es va a llegar a los 10 con gran facilidad. Le ganó ocho juegos seguidos a un Nadal enorme pero entonces volvió a anularse el partido.

La final se terminó de jugar este lunes, a la una de la tarde, con la lluvia amenazando y un Rafa que volvió a salir como el domingo, enchufadísimo y jugando muy agresivo tanto en la defensa como en el ataque, a las primeras de cambio recuperó el break y se pasó el resto del set mandando, intratable con el servicio y a las pronto tuvo un juego al resto para ganar el partido, no fue esa vez, pero sí a la siguiente, con una doble falta impotente del serbio, al que esta vez no le salvó la campana de la lluvia.
Comencé este blog alabando a Nadal tras su final pérdida en Australia, fue una final que pudo ganar sobradamente pero le traicionaron los nervios. Esta vez no perdonó, ha vuelto a hacer una temporada soberbia en tierra, donde ha ganado todo (la tierra de Madrid no era tal) y casi todo se lo ha ganado al mejor tenista actual, ¿o es él? La respuesta en breve, tenemos Wimbledon y Open Usa para confirmarlo. Pero esa es otra historia, la de hoy es que Nadal es el mejor jugador de la tierra batida y posiblemente el deportista español más relevante también.

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