miércoles, 14 de marzo de 2012

Game of Thrones

Con los años me estoy haciendo cada vez más friqui. Cada vez me gustan más las películas de superhéroes, los comics y la épica de serie b. Así que según la descargaba tenía la sensación de que me esperaban unas horas de auténtico disfrute viendo Game of Thrones, el último proyecto de HBO que además contaba con un excelente respaldo de la crítica.




Lo cierto que me costó un poco entrar en la serie, tenía la sensación de que estaba asistiendo a una simple culebrón ambientado en una variante de la edad media. Sin embargo, a medida que se sucedían los episodios, iban cobrando fuerza los poderosos elementos misteriosos que el autor de "Canción de hielo y fuego" ha imaginado. Estamos en una tierra dividida en siete reinos, representados en diferentes casas con características propias. Al norte, un descomunal muro trata de contener el posible avance de gigantes y otras criaturas misteriosas tan terribles que prefieren no nombrarse. La guardia de la noche, un cuerpo formado por criminales reclutados a la fuerza se encargan de dicha custodia pero también el bastardo de Stark, el señor de invernalia, nombrado mano del rey para aconsejar a este en la capital del reino. Es en esa capital donde se asiste a la mayor parte de las intrigas y luchas entre los validos y cabecillas de las familias, especialmente la de los Lannister, de cuya casa es la reina y sus dos hermanos muy implicados en esta trama. Por otro lado, más allá del mar angosto tenemos un clan de guerreros muy primarios, que rinden tal culto al caballo que parecen minotauros y cuyo lider se ha emparentado con la bella Targaryen, de la casa de los dragones antes de que estos desapareciesen.




Con el buen guión y la buena dirección artística se consigue que la atención del espectador no decaiga en ningún momento, los personajes están muy bien perfilados y bastante bien interpretados en general, en general casi todos los personajes tienen un pérfil moral bastante bajo, son ambiciosos, lujuriosos o simplemente malos y el bien que aparece bastante desdibujado no consigue imponerse con facilidad, al menos en esta primera temporada. Sin embargo no faltan las conductas heróicas ni los ritos ancestrales y la brujería.

Además es un universo muy primario, está lleno de carne y de sangre, las prostitutas son uno de los motores de esa sociedad y proliferan los hijos bastardos. Abundan las escenas violentas, para mi gusto bastante gratuitas en ocasiones, gargantas rebanas, tajos marcados, bofetadas, amputación de miembros, sangre salpicando por todos lados. Supongo que ese exceso es una forma de ambientar un mundo basado en la pasión y la intuición, en los instintos primarios. Precisamente aquello que el racionalismo trató de contener sin éxito.

Queda muy poquito ya para que empiece la segunda temporada, si alguien no lo ha hecho aún, que no lo dude y se acerque por esta primera.

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